13/6/08

Dama de Escamas




Lo encontraron de madrugada, encogido y exhausto junto al comedero de los elefantes, en la zona trasera de la carpa principal. Pese a ser un circo de considerable reputación y envergadura, nunca había contado con un cocodrilo de casi dos metros de longitud entre sus filas. Por lo que, ayudados de palos y lazos, lo introdujeron en una jaula de estrechos barrotes. Le dieron de beber, cuatro pollos deshuesados a modo de cena, y lo dejaron descansar, a oscuras.

Lou fue el primero en dar la voz de alarma. Eran las ocho de la mañana cuando se acercó a la jaula donde estaba encerrado el cocodrilo. Pero no encontró reptil alguno, aparte de una bella dama que lo miraba con cara de no saber que estaba pasando…





Primera ilustración Jorge Caballero
Texto Fernando Pinillos
Segunda ilustración Francina Ruana

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